El pasado día 20 de marzo la primavera por fin llegó y con ella una de las plantas florares más apreciadas en esta estación.
Su nombre es prímula, aunque también es conocida por primaveras o primaveras de jardín, pertenecen a la familia de las primuláceas y suelen ser unas plantas de pequeño crecimiento (no más de 40 centímetros), se caracteriza por se la primera planta en florecer en la primavera.
Su floración es abundante y como se presenta en forma de matas, ofrece un espectáculo de colores allí donde ocupa un lugar, desde jardines hasta balcones o interiores. Sus flores cuentan con seis pétalos cuyo tamaño y colores varían. El rosa, amarillo, violáceo y rojo son los colores más comunes y hasta es posible ver algunas plantas que presentan más de una tonalidad. Las flores obsequian una delicada fragancia.
A pesar de ser una planta originaria de Asia, su cultivo se ha extendido por todo el hemisferio norte y sur, siempre que haya encontrado las condiciones climáticas adecuadas.
¿Qué clima necesita la prímula?
Como habrás podido imaginar, a la prímula le perjudica la exposición directa al sol, por lo que su cultivo perfecto es en la sombra, sin embargo, si cuando la expones al sol es en otoño o invierno, la planta no sufrirá ya que los rayos son más débiles que en el resto de estaciones.
En cuanto a la temperatura, este tipo de planta no soporta las altas temperaturas ni las heladas. La temperatura ideal oscila entre los 10 y 20 grados, teniendo por preferencia los lugares frescos y sombreados.
¿Cómo la debemos regar?
Es importante que sus raíces permanezcan en todo momento húmedas, evitando que se sequen y se apelmacen. Sobre todo, durante la floración tenemos que intentar que sus flores no se mojen ya que se puede llegar a caer.
Tanto el drenaje como el tipo de sustrato debe de ser muy drenante ya que tanto si lo encharcamos como si lo dejamos seco será un suceso totalmente negativo y acabará pudriéndose.
¿Quieres multiplicar la prímula?
Este proceso se lleva a cabo mediante semilla y se hace entre mayo y agosto. La planta tarda en germinar entre 15 y 20 días una vez sembrada en las condiciones indicadas anteriormente.
Una vez que esta haya crecido lo suficiente se trasplantará a una maceta con un buen sustrato y drenante, pasando el invierno protegida.
Componentes activos de la prímula:
- Saponina en las flores y hojas, especialmente en el rizoma. Este componente es perfecto para la tos.
- Componentes activos: protoprimulagenina A, priverogenina.
- Glucósidos (primaverina, primulaverina)
- Vitamina C.
- Ácido salicílico.
- Pigmentos flavónicos.
Usos medicinales:
Algunas partes de la prímula, como los rizomas y las hojas, se usan para realizar infusiones y estas actúan como calmantes, anticonvulsivos, antirreumático, diurético, antidiarreico o depurativo. No olvides que su uso debe estar siempre supervisado por un profesional de la salud.
Usos de la prímula en aceite:
- Es muy beneficioso para la salud de la mujer. Se emplea para los cambios de ánimo, las depresiones, los dolores de cabeza y los malestares asociados con la menstruación, e incluso algunas mujeres lo utilizan para aliviar los calores de la menopausia.
- El aceite de prímula parece ser muy eficaz para tratar problemas cutáneos, especialmente los eczemas. Si se lo toma por vía oral puede aliviar los enrojecimientos, el escozor, las descamaciones y las costras de la piel en niños y adultos. Por esa razón existen lociones comerciales hechas a base de este aceite.
- También, es considerado muy eficiente en los casos de neuropatías diabéticas, un trastorno que pueden padecer los pacientes con diabetes por el cual la persona siente hormigueos, dolores o entumecimientos en los pies o las piernas.
Curiosidades sobre las variedades más comunes de esta planta:
La variedad prímula obconica es la más duradera. Sus flores son muy grandes. Aparecen reunidas en pequeños ramos. Su amplia gama de color permite combinarla fácilmente con otras especies. Soporta temperaturas más altas y en ocasiones llega a florecer incluso en verano.
Prímula malacoides es la más aromática. Sus flores tienen forma de estrella y aparecen a mediados del invierno y duran hasta abril. Sus tallos son delgados y altos, y sus hojas muy dentadas. Son ideales para sitios sin calefacción. Es recomendable dejarla en el exterior al final de primavera.
La primula vulgaris es la más resistente, sobre todo a las bajas temperaturas. Su porte es pequeño, solo alcanza unos 15 centímetros. Sus flores son muy llamativas y sus tallos son cortos. Por su resistencia es muy adecuada para cultivarse en terrazas.
Como has podido comprobar, esta planta no dejará de sorprenderte en ningún momento, desde sus colores llamativas, hasta sus usos y larga duración, todo un acierto para la llegada de la primavera, ¿no crees?
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¡Te esperamos!
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